Ha ido creciendo la polémica en torno al declive de Jude Bellingham en el Real Madrid esta temporada, a medida que han surgido dudas sobre si el inglés podría recuperar su chispa inicial bajo la dirección de Xabi Alonso.
Con Arda Guler brillando en su nuevo rol en el mediocampo, muchos comenzaron a preguntarse si el puesto de Bellingham en el once inicial ya no estaba garantizado.
Esas dudas se intensificaron aún más después de la dura derrota por 2-5 ante el Atlético de Madrid, un partido en el que Bellingham se vio completamente fuera de forma.
Las críticas no tardaron en llegar, alegando que su influencia había disminuido. Sin embargo, fiel a su estilo, Bellingham ha acallado esas preocupaciones en las últimas semanas, demostrando una vez más por qué sigue siendo fundamental para el éxito del Madrid.
Declaración de intenciones
En los dos últimos partidos, el jugador de 22 años ha recuperado su ritmo y, lo que es más importante, su capacidad de decisión.
Contra la Juventus y el Barcelona, Bellingham anotó dos goles y dio una asistencia, ayudando al Real Madrid a conseguir victorias vitales y reafirmándose como el motor creativo del equipo.
Según AS , el reciente resurgimiento del centrocampista no es una coincidencia.
Durante el parón internacional, el cuerpo técnico diseñó un programa de entrenamiento físico a medida para ayudarle a recuperar su ventaja no solo en términos de preparación para los partidos, sino también en cuanto a su explosiva condición física.
Los efectos fueron evidentes en El Clásico. Bellingham estuvo en todas partes, completando 53 pases, la mayor cantidad del partido, y registrando cinco tiros a puerta, igualando a Kylian Mbappé.
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El rol de Bellingham está en constante cambio
El partido también demostró lo mucho más cómodo que se siente Bellingham en el sistema en constante cambio de Alonso, donde los jugadores rotan continuamente en función del flujo táctico.
Inicialmente desplegado en la banda derecha, Bellingham pareció algo fuera de ritmo.
Pero una vez que Alonso lo devolvió a su posición central habitual, con Camavinga cubriendo las bandas , el juego del Madrid se volvió inmediatamente más fluido y amenazador.
Lo que falta ahora es continuidad. Si Bellingham logra mantener este nivel semana tras semana, el Real Madrid volverá a jugar con la misma confianza y equilibrio que caracterizaron su brillante primera temporada.
